jueves, 29 de mayo de 2014

Despilfarro de alimentos


Hace unos días en un periódico local dieron la noticia de  que COGERSA (Consocio de Gestión de Residuos) regalaba “Tuppers” de plástico reciclado a bares, restaurantes y hoteles para que los pusieran a disposición de los clientes, para que los clientes pudieran llevar los restos de la comida, que han pagado, para casa.
Hay pudor en gran parte de la gente de la geografía española, Asturias incluida, que nos impide hacer esta práctica que  en otras partes es habitual, solo pensarlo nos da vergüenza de nosotros mismos, como si nos acusásemos de tacañería, cuando lo cierto es que impediría que se despilfarrasen una gran cantidad de alimentos que se tiran diariamente en estos establecimientos.
Otras medidas que se me ocurren que  podrían  contemplarse para evitar en lo posible este despilfarro de comida serían los medios menús para niños y la oferta tanto en menús como en platos a la carta con porciones de comida no exageradas y menos aún pantagruélicas y a precios más asequible; así no se quedaría una mayor parte en el plato y una persona que fuese de más comer siempre tendría la opción de repetir.
Con todo el mayor despilfarro de alimentos se produce en nuestras casas. ¡¿Se te ocurren medidas para evitarlo?!


En Europa se tira la mitad de la comida que se compra al año. En la Unión Europea esto supone 89 millones de toneladas al año.

En España 9 millones de toneladas al año. De ellas el 41% procede de hogares, el 40% de las industrias, el 14% de los restaurantes y el 5% de los supermercados.
En Asturias se tiran unas 19000 toneladas de comida al año

El día 5 de junio es el “Día internacional del medioambiente” y este despilfarro de alimentos es no solo una inmoralidad cuando tanta gente pasa hoy día necesidad,  además supone un coste económico  para familias y estados,  y supone también un atentado directo contra el medio ambiente porque se generan grandes cantidades de basura y los productos que resultan de su putrefacción contaminan directamente suelos, aguas y aire. Por otra parte los envases de los alimentos utilizados en exceso, muchos de ellos de plástico y otros materiales no biodegradables suponen un grave problema adicional de hacinamiento y contaminación, e incluso si los materiales de los envases son biodegradables como el papel, su exceso conllevaría a un mayor coste económico, la tala de muchos más árboles que los necesarios (lo que incide directamente en el efecto invernadero) y una contaminación mayor que la necesaria pues las papeleras que lo fabrican emiten al agua y a la atmósfera productos muy contaminantes e incluso cancerígenos como la acroleína.
Por todo ello ¡Bienvenida la iniciativa de COGERSA!, y esperemos que todos nosotros contribuyamos en la medida que podamos a aminorar este problema.
MARÍA VICENTA MAUDO SANTOS
 

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