martes, 11 de enero de 2011

CINE y medio ambiente


El interés por el medio ambiente en el arte cinematográfico supera lo estético, bucólico, aventurero y salvaje tradicional -Tarzán de los monos (1932), La reina de África (1951), Mogambo (1953)- para convertirse en parte de la trama e incluso en el Protagonista. La mayoría de las veces identificando la temática natural con lo agresivo, amenazante y catastrófico, donde fuerzas de la naturaleza se levantan contra los incautos e indefensos seres humanos: King Kong (1933 y 2005) Cuando ruge la marabunta (1954), Los pájaros (1963), Terremoto (1974), Tiburón (1975), Aracnofobia (1990), Un pueblo llamado Dante`s Peak (1997), Volcano (1997), La tormenta perfecta (2000), 2012 (2009). Más recientemente, lo catastrófico pasa a ser conclusión o consecuencia (evitable) que en ocasiones se debe a los malos hábitos o la desmedida ambición humana. Todo lo contrario de vivir en armonía con la naturaleza –Dersu Uzala (1975), Bailando con lobos (1990)-.
En las películas de resultado catastrófico –Impacto profundo (1998), Núcleo (2003), el Día de mañana (2004)- se apela a la razón humana para evitar el desastre y cuando no hay héroes.. mejor dicho superhéroes y supertecnología, la humanidad acaba siendo totalmente aniquilada. Aunque en el cine siempre se pueden imaginar seres peores que los humanos y es cuando aparecen extraterrestres inhumanos –Depredador (1987), Mars attacks! (1996), La Cosa (1982)- que hacen con nosotros lo que en cierta manera hacemos nosotros al resto del planeta. En éste, sólo se puede imaginar un ser más perverso y aniquilador cuando ha sufrido una mutación o lo ha fabricado la mente humana –El planeta de los simios (1968), La amenaza de Andrómeda (1971), Exterminio (2002)-
Por otro lado, también se han rodado películas en que se salvan animales del planeta, pero casi exclusivamente cuando hacen algo que les confiere categoría humana, es decir, se lo merecen –Colmillo Blanco, Babe, el cerdito valiente (1995), La telaraña de Carlota (2006)-. Excepciones en este sentido Gorilas en la niebla (1988) o el estilo más personal de Jean-Jacques Annaud con El Oso (1988) o la más entrañable Dos hermanos (2004).
Ahora, también tenemos un cine que interactúa con el medio ambiente apelando a la razón y al corazón, un cine emotivo de gran belleza que se preocupa por la salud y la biodiversidad del planeta e incluso de la biodiversidad supuesta en otros planetas. Se trata de un cine de animación de gran calidad y que además suele ser exitoso, dirigido al público infantil pero que alcanza al adulto. Los protagonistas y los que sufren las consecuencias no son los humanos directamente. Pero los seres que lo viven son más humanos y sabios que nosotros. Las personas que aparecen pueden tomar partido ayudando o destruyendo y el espectador siente y decide.
Títulos que ejemplifican esta tendencia cinematográfica son:
Happy Feet de George Millar (Australia, 2006)
Ponyo en el acantilado de Hayao Miyazaki (Japón, 2008)
Las aventuras de Sammy de Ben Stassen (Bélgica 2009), hay versión en 3D
Otro título para público más adulto es
Avatar de James Cameron (Estados Unidos, 2009), hay versión en 3D.
Enlaces de interés:
Nacional Geografhic
Guada 2011
Coordinadora de Luz Medioambiental